La “Cobra” más espectacular hizo su aparición a nivel mundial en el Salón Internacional de Nueva York. Este ícono de la marca estadounidense llegó con varias sorpresas tecnológicas en la que se destaca el sistema que permite elegir al conductor el modo de suspensión que más le guste. Su diseño exterior e interior propone una alternativa curvilínea frente a la rigidez angulosa del Lamborghini Aventador LP700-4.
Su impresionante motor V10 de 8.4L le da una potencia de 640 CV y 812 Nm, valor que lo convierte en el impulsor de aspiración natural de producción con más torque de todo el mundo, un detalle como para tener en cuenta.
Esta evolución en su motorización promete un rendimiento similar al de un monoplaza de la Fórmula 1. Para no quedar como un bólido más, se agregaron varios sistemas de entretenimiento y conectividad en el tablero de instrumentos.