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Top 10: Chrysler Imperial de 1962

La aparatosa apariencia de este gigante estadounidense merecía este tablero. Un volante casi ovalado, cromo por doquier y líneas que remiten al Batimóvil de Adam West pero con pretensiones de volar por el espacio sideral. Los cambios automáticos se accionan mediante una botonera vertical a la izquierda y el resto del instrumental se divide entre palancas y botones, que sin duda hacían sentir al piloto como un astronauta preparándose para el despegue. Para complementar esta idea, el Imperial tenía un tablero fotoluminiscente, denominado por Chrysler como “Panelescent” que funcionaba sin usar los bulbos tradicionales. El mismo se iluminaba con electricidad corriendo a través de cinco placas lumínicas que brillaban en la oscuridad, sorprendiendo a todos con un radioactivo fondo verde y agujas rojas.