Este antiguo vehículo revolucionó la industria en Estados Unidos, no sólo en el rubro automotriz sino en otras áreas, ya que fue la primera unidad en producirse de manera masiva bajo un ensamble en línea y no de manera individual a mano. Además, contaba con partes completamente intercambiables lo que hacía fácil su fabricación como reparación. Se produjo desde 1908 hasta 1927 totalizando 15 millones de unidades y para ese entonces era el vehículo más vendido en el mundo. Su motor era frontal, de cuatro cilindros en línea y utilizaba nafta, etanol o querosene. Se destacó también porque permitió adaptarse para diversos usos con carrocería abierta-cerrada sedán, coupé y hasta pick up.