El estilo personal de conducción puede influir en el consumo de combustible en hasta un 30%. Al visualizar una recomendación para cambiar de velocidad, el conductor aprende a adoptar un estilo de conducción más económico. Un algoritmo compara el par motor disponible en la marcha seleccionada con el punto operativo real. Si establece que la siguiente marcha sería más eficiente, el sistema recomienda cambiarla. Se puede conseguir un ahorro de combustible de hasta un 25% circulando en ciudad solamente haciéndole caso al auto cuando nos indica cambiar de velocidad.