Este vehículo se volvió tristemente célebre durante el año pasado al ser el último auto al que se subió el actor Paul Walker, que falleció cuando su amigo Roger Rodas perdió el control y se estrelló contra un poste mientras circulaba a 160 km/h en una vía pública. Antes de que esto ocurriera, el Porsche Carrera GT ya era famoso por sus prestaciones, su estética y por la curiosa ubicación de su palanca de cambios. La misma se encuentra en la zona central del torpedo, en una posición llamativamente elevada. Además, su construcción llama mucho la atención, ya que se trata de una “bochita” de madera insertada en una base de aluminio pulido, una combinación muy hermosa con un formato que recuerda a los deportivos de antaño.