Este desarrollo nació directamente del problema que generaban las variaciones del despeje sobre el efecto suelo. La solución normal era endurecer las suspensiones, pero entonces Lotus tuvo otra idea, controlarlas electrónicamente.
Si bien muchos años atrás Citroën ya había desarrollado en el DS un sistema neumático que podía variar el despeje, las primeras suspensiones activas del automovilismo debutaron 1983 a bordo del Lotus 92 de F1. Lamentablemente fueron rápidamente abandonadas, y entre sus detractores estaba Mansell, por entonces piloto del Team quien curiosamente lograría su único campeonato en 1992 a bordo del famoso Williams FW14B activo.
En 1987 Lotus volvió sobre la idea dándole la victoria de Mónaco a Senna, pero fue Williams el que llevó este desarrollo a su punto máximo de expresión, aplastando a la competencia durante un par de temporadas hasta que la FIA cambió el reglamento.